Hola, soy Sandra y les quiero contar que desde niña he tomado la aguadulce. Me encanta oscura y también con leche. Recuerdo que cuando yo tenía tres años mi abuelita paterna solía contarme la historia del trapiche que en algún momento estuvo ubicado al lado de su casa en San Rafael de Escazú. Ella me explicó el proceso de elaboración de las tapas de dulce y cómo el aroma tan delicioso que emanaba del trapiche llegaba hasta su casa. Mi abuelita prometió llevarme algún día al trapiche de su amiga en San Antonio de Escazú. El día anhelado llegó y juntas recorrimos el trapiche. Recuerdo que el encargado del trapiche nos regaló jugo de caña.